Pastore fue la figura en el partido ante la Selección Uruguaya. |
Argentina corrigió las cosas que hizo mal en el debut y tuvo en el Flaco un punto alto para romper líneas y asociarse con el resto.
Argentina pasó un partido duro ante un rival histórico y lo hizo con mejoras en todas sus líneas. En general, fue muy buena la perseverancia que tuvo el equipo para abrir el marcador. Volvió a intentar por todos lados, y tuvo una interesante y saludable actitud para buscar siempre sin perder los estribos. Nuevamente, tuvo la posesión del balón. En ese sentido, un punto alto que mostró la Selección fue la producción de Pastore: su calidad para romper líneas, sus destellos de buen pie, el pase profundo, su habilidad y personalidad para pedir siempre la pelota para encarar, romper líneas y asociarse con los delanteros fue muy importante para evadir el juego destructivo de Uruguay. Fue un partido complejo el que le tocó al Flaco, porque ellos siempre se cerraron rápido y bien, su herramienta -en el primer tiempo sobre todo-, fue aglomerar un numeroso ejército en posición defensiva para anular al rival. El equipo del Maestro se limitó a eso y lo hizo bastante bien.
En contrapunto con ese vértigo vertical y alocado que mostró Argentina contra Paraguay, anoche hubo aplomo, movimientos cerebrales antes que esa sucesión de pulsaciones emocionales que lo llevaron a dejar espacios en el debut. El equipo tuvo la justa combinación entre calma y pulcritud defensiva. Hizo bien los deberes cuando le tocó retroceder. La dupla central que encontró Martino con Garay y Otamendi le está dando réditos. Estuvieron atentos, rápidos para ir a los costados y para anticipar, y concentrados para no descuidar al único punta aislado que clavó Tabárez. Luego, el libreto que conocemos de memoria: las jugadas de Messi para encarar y derrumbar muros, la templanza de Agüero para esperar su oportunidad, tal vez la única, pero la más importante: le cayó a él y no la desaprovechó, lo que demuestra que estamos ante un delantero paciente y lúcido, indispensable.
El segundo tiempo ante Paraguay dejó una huella, sobre todo porque Argentina es un equipo adolescente, que corregirá errores con los partidos y se entenderá con el correr de la competencia. Porque pese a que los jugadores se conocen, con Martino aún no han tenido mucho recorrido. Esta vez el equipo estuvo atento a no quedar desguarnecido. Subsiste y aprende. Crece. Y a medida que suma minutos, gana en firmeza.
Qué GRANDE es PASTORE...
Posted by Desmotivaciones Futbol on Martes, 16 de junio de 2015
Buenísimo lo de El Flaco Pastore en la jugada del gol de El Kun. #ARG
— Invictos (@SomosInvictos) junio 17, 2015
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